«De vuvuzelas y caceroladas»
A PROPÓSITO DEL ARTÍCULO DE
PEDRO LANGA, OSA,
EN RELIGIÓN DIGITAL
El articulo de Pedro Langa: «De vuvuzelas y caceroladas» es una lamentable
interpretación de la realidad de nuestro país y del mundo. El autor de ese artículo se
siente representado por los señoritos del Barrio de Salamanca. ¿Dónde estaban esos
patriotas de banderita cuando el gobierno de Rajoy privatizaba los hospitales y las
residencias de ancianos?, ¿dónde estaban cuando Ana Botella vendía las viviendas
sociales a fondos buitre extranjeros?, ¿dónde estaban cuando se hacían recortes en la
sanidad, en la enseñanza y en la investigación científica?, ¿dónde estaban cuando se
rescataba a los bancos y se abandonaba a la gente que perdía su empleo?, ¿dónde
estaban cuando se expropiaban las viviendas de quienes no podían seguir pagando la
hipoteca por haber perdido su empleo?, ¿dónde estaban cuando se decretaban
amnistías fiscales para los poderosos?, ¿dónde estaban cuando las condiciones
laborables se iban deteriorando hasta llegar a los contratos basura que tanto
abundan?, ¿dónde estaban cuando se iban produciendo casos nauseabundos de
corrupción en todos los niveles de la Administración?, ¿dónde están cuando se
producen casos de maltrato de género y violaciones?
Para esa gente, con la que tanto se identifica Pedro Langa, la patria es un
trapo y no la gente del país que sufre las lacras mencionadas. El único agravio para
ellos es tener que sufrir una cuarentena más que justificada dadas las circunstancias.
Se movilizan ahora contra un gobierno de izquierdas que tiene ideas socializantes y
antiliberales como la asignación de una renta mínima vital para quien no tiene otro
tipo de ingresos. Se movilizan contra acciones como el 8-M, la lucha de las mujeres
contra la desigualdad en una sociedad machista. La estrategia de las caceroladas y
demás movilizaciones propugnadas por el fascismo de este país pretende asegurar
que la salida de la actual crisis sea como en los casos anteriores, es decir que la
paguen los explotados de siempre.
9.06.2020, Faustino Castaño
Si quiere leer el artículo, al principio y aquí: «De vuvuzelas y cacerolada